Las cinco de la tarde en el Palau Sant Jordi de Barcelona y miles de personas haciendo cola con un único objetivo: formar parte del Illuminate Tour del cantante canadiense Shawn Mendes.
Poco a poco llegaba más y más gente. Unos cuantos fans aprovechaban esos minutos que tenían de ventaja para comprar merchandising del cantante y, así, poder lucirlo en el concierto, mientras que los padres preferían pasar esos minutos extras comprando algo para comer. Pasaban las siete y media de la tarde y aún continuaban llenándose los asientos del Palau: 14.000 en total. De repente unos gritos inundaron todo el recinto. Había llegado la hora.
Efectivamente, ahí estaba –por fin– Shawn, acompañado de sus músicos y, como no, de su guitarra. Todos los fans, y no tan fans, se pusieron en pie para bailar al ritmo de There’s Nothing Holding Me Back, el último single del cantante. Shawn Mendes empezó fuerte y logró mantener esa energía hasta el final del concierto. En los minutos siguientes se fueron intercalando canciones de su último disco como Lights On o Bad Reputation con otras de su primer álbum como The Weight o Stitches.
Después de sonar Ruin, Shawn desapareció del escenario y toda la muchedumbre que estaba ocupando los asientos en la pista del Palau corrió hasta el centro rodeando un segundo escenario de forma esférica. Minutos más tarde, tal y como predijeron estas fans –y con la ayuda de los spoilers de internet– Shawn apareció en ese segundo escenario acompañado de un piano. La primera canción que cantó fue Castle on the Hill, de su amigo Ed Sheeran, y continuó con tres baladas más hasta finalizar con Roses, una canción de su último disco que logró emocionar a todos y cada uno de los asistentes.
De vuelta al escenario principal, Shawn siguió con sus innumerables cambios de guitarra y con canciones como Understand –según él la canción más especial del álbum Illuminate– Don’t Be a Fool, Mercy y Never Be Alone. Se acercaban las nueve de la noche y el concierto llegaba a su fin pero aún quedaba por sonar uno de sus mayores éxitos: Treat You Better. Como era de esperar, esta fue la canción que puso el broche de oro a la velada, pero con una pequeña peculiaridad: primero Shawn la cantó en acústico y después la continuó con más ritmo para acabar el concierto tal y como lo había empezado: lleno de energía. Después de esta última canción a modo de despedida, Shawn y todos sus músicos abandonaron el escenario.
Aunque todos los espectadores nos quedamos con ganas de más, nos fuimos satisfechos y felices por haber formado parte de una gran fiesta pero, al mismo tiempo, por haber estado en un lugar lleno de magia.