EL museo Thyssen-Bornemisza comparte 40 fotografías de Karl Blossfeldt con la colaboración de LOEWE
Flores: tan simples y complejas a la par; nos rodean con su presencia y fragancia, a pesar de no ser eternas. Si nos paramos a pensar detalladamente, es la naturaleza viva en su esencia… caminan de la mano con nosotrxs a lo largo de toda nuestra vida: nacemos e indirectamente nos regalan plantas cuando tenemos sembramos fracciones de tiempo inconsciente en el mundo mientras respiramos con escasas horas de vida; incluso, cuando dejamos de hacerlo, también nos las ofrecen entre llantos, y ahí están y ahí se quedan, muriendo exactamente igual que nosotros.
También son omnipresentes en momentos personales determinados: cuando arrancamos alguna flor junto más de alguna mala hierba siendo pequeñxs para ofrecer un detalle a nuestras madres o incluso compramos todo ese amor que tratamos de simbolizar con un ramo, un gesto, un detalle para alguien que apreciamos y queremos (o nos las regalan con el mismo efecto). Y es que no sería la primera y mucho menos única vez que las flores se asocian a conceptos y se relacionan a las personas a través de su forma, imagen o perfume… a pesar de no ser eternas, pueden seguir embriagando tus sentidos sin necesidad de poderlas oler más allá del papel, y eso lo consiguió Blossfeldt.

Karl Blossfeldt, fotógrafo y escultor modernista alemán, publicó en 1928 el álbum Urformen der Kunst (Formas originarias del arte), la plataforma que le sirvió para compartir su pasión por la fotografía botánica y que sin querer, ni tampoco siendo consciente de ello, le sirvió de trampolín para convertirse en uno de los fotógrafos más significativos del movimiento artístico de la Nueva Objetividad, corriente donde se rechazaba el expresionismo entre sus más destacadas características.
Blossfeldt no disparaba con la cámara a plantas consiguiendo aumentar su tamaño real en la imagen cuando el zoom no era, precisamente, preciso… Retrataba flores desnudas en papel, líneas que trataban de dibujar la delicadeza y sensualidad a través de la metáfora de la botánica y sus texturas extraordinarias que, una vez más, consiguieron acercarse de forma sensacional a todo aquel que las ve.

Ahora el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta 40 fotografías en blanco y negro del álbum del artista con motivo de la colaboración que la prestigiosa firma LOEWE ha querido realizar junto la inspiración, a través de las imágenes, del fotógrafo alemán. La marca quiere ofrecer, en una edición limitada, sus fragancias esenciales con el arte de Blossfeldt en el packaging de mencionados productos, su respectiva publicidad y diseño de campaña.

La exposición, inaugurada el pasado viernes 6 de septiembre, permanecerá en el balcón de la primera planta hasta el 5 de octubre y se podrá visitar los lunes de 12-16h y de martes a domingo de 10-19h con acceso totalmente… naturalmente* gratuito.